Es increíble como mamás día a día me escriben preguntándome sobre la alimentación de sus hijos, unas felices porque han seguido los consejos y estar informadas les ha permitido acompañar este proceso de la mejor manera y otras desesperadas porque sus hijos no comen lo suficiente.

Pero detrás de todo esto hay un amor infinito por ese ser humano pequeño indefenso que no trajo manual, pero que día a día sus padres lo van escribiendo.

Desde que me casé teníamos claro (mi esposo y yo) que deseábamos hijos en nuestra familia. ¿Cuándo? No sabíamos, inicialmente queríamos disfrutar de un tiempo de un matrimonio sin hijos. Pero llegó el momento en que ya queríamos un bebé.

Sin pensar cómo nos cambiaría la vida, llega a nuestro hogar nuestra hija mayor.
Siendo médico, realmente sentía que no sabía nada de maternidad.

Ella… Isabel vino a enseñarme tantas lecciones y sigue haciéndolo día a día.

Luego con la llegada de nuestro segundo hijo, ya con mayor experiencia, con aprendizajes, aún sigo aprendiendo porque la maternidad se construye día a día y cada una, es única.

Hay momentos en los que nos sentimos poderosas, hay otros momentos en los que hay frustración en nuestro interior. Pero siempre, siempre hay un gran amor y un deseo de actuar de la mejor manera y de «ser nuestra mejor versión».

Hoy quiero darte las gracias por pertenecer a esta comunidad, por escribirme, por contarme de tus preocupaciones y abrirme tu corazón, por agradecer cuando una información brindada te ha sido útil y además FELICITARTE por querer siempre dar lo mejor.

Sabemos que no somos ni seremos la misma persona antes y después de los hijos. Ellos vienen a cambiarnos la vida motivándonos desde el amor puro e infinito.

¡Un hijo llega a nuestra vida para hacernos mejores seres humanos!

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